Los más de 100 kilómetros que separan San Vicente de Trujillo, no fueron una barrera para Rusbel Jiménez, de 13 años, ya que recorrió esa distancia en su bicicleta para buscar a su madre.
El pequeño Rusbel pedaleó durante unas doce horas para cubrir el camino entre su pueblo y Trujillo, en el norte peruano, a donde su madre partió hace dos meses para trabajar.
Durante su travesía, el niño utilizó la bicicleta que le había regalado su abuela hace pocos días y una radio a pilas de la que, según sus familiares, nunca se separa.
Sin embargo, para Rusbel lo más difícil se presentó cuando llegó a Trujillo y se dio cuenta de que no sabía dónde trabajaba su madre.
Por ello terminó preguntando a unos policías, que finalmente le ayudaron a dar con el paradero de su progenitora.
Tras el emotivo reencuentro, la madre le prometió a su hijo regresar con él al pueblo, aunque eso significara perder su puesto de trabajo.
Durante su travesía, el niño utilizó la bicicleta que le había regalado su abuela hace pocos días y una radio a pilas de la que, según sus familiares, nunca se separa.

Por ello terminó preguntando a unos policías, que finalmente le ayudaron a dar con el paradero de su progenitora.
Tras el emotivo reencuentro, la madre le prometió a su hijo regresar con él al pueblo, aunque eso significara perder su puesto de trabajo.