El escenario fue el peculiar barrio Cárcano, en la soleada capital cordobesa de Argentina. Aquí, los perros se convierten en choferes y las camionetas deciden que el GPS es solo una sugerencia.
El elenco principal está encabezado por Gustavo, el padre del dueño de una Toyota reluciente. Con su clásica rutina mañanera de arrancar, sus fieles canes se unieron a la aventura. Sin embargo, el espectáculo tomó un giro de comedia cuando Gustavo dejó la camioneta en neutro con la puerta abierta.
El drama a lo "perrito piloto" comenzó cuando Apolo, el aventurero de cuatro patas, decidió subir a la camioneta en marcha. ¿Resultado? ¡El vehículo se volvió conductor sin licencia y emprendió su propia travesía! Gustavo, en modo desesperado, corrió tras la camioneta a la fuga, sin nadie cruzándose en su camino, excepto una pobre casa vecina que sufrió un golpe de camioneta a domicilio.
Afortunadamente, nadie resultó herido, excepto el orgullo de la camioneta, que tuvo un encuentro cercano con una casa. Tras el circo sobre ruedas, Gustavo, sonrisa en el rostro, retomó el control de la situación y estacionó la camioneta como si nada hubiera pasado.
¡Un giro inesperado en esta comedia urbana! En una entrevista hilarante con "El Show del Lagarto" en El Doce, el padre y el hijo confirmaron que fue el temerario Apolo el responsable de la maniobra. El padre, con un toque de humor y sonrisa intacta, asumió su papel como patrocinador de la travesura: "Me voy a tener que hacer cargo de los daños, ¡qué va a ser!".
Por suerte, las imágenes grabadas en HD respaldan la historia, y ambos se tomaron los daños materiales con una risa compartida. "Si te lo cuentan no lo podéis creer, pero ahí está la cámara, le mostré todo a él", remató el padre. Y así, en el barrio Cárcano, la vida sigue siendo tan impredecible como una comedia. ¡Acción, risas y un toque canino!