Un incidente inusual sacudió a los pasajeros de un vuelo de Southwest Airlines con destino a Phoenix el pasado 3 de marzo, cuando una mujer se desnudó completamente y comenzó a gritar mientras el avión se preparaba para despegar desde el Aeropuerto Hobby de Houston. Según informó NBC News, el vuelo 733 tuvo que regresar a la puerta de embarque debido al comportamiento disruptivo de la pasajera, quien también intentó acceder a la cabina del piloto.
Testigos relataron que la mujer, inicialmente vestida, se dirigió al frente del avión mientras este rodaba por la pista y exigió que la dejaran bajar. "Comenzó a quitarse toda la ropa, desde el sombrero hasta los zapatos, y luego caminó de un lado a otro por el pasillo gritando a todo pulmón", señaló un pasajero anónimo citado por NBC News. Videos captados por otros viajeros muestran a la mujer desnuda, gritando y golpeando partes del avión, mientras algunos pasajeros, incluidos niños, observaban atónitos.
La pasajera, quien afirmó sufrir de bipolaridad, fue retirada del avión por las autoridades locales y trasladada al NeuroPsychiatric Center del Harris Health Ben Taub Hospital en Houston para una evaluación médica. La policía de Houston confirmó que no se presentaron cargos en su contra, lo que generó confusión entre algunos pasajeros. "Es preocupante que no haya consecuencias, especialmente porque había niños presentes", expresó otro viajero a KPNX, según el reporte de NBC News.
Southwest Airlines emitió un comunicado disculpándose por el retraso de una hora que sufrió el vuelo: "Nuestros equipos se han puesto en contacto con los clientes a bordo para pedir disculpas por la demora en sus viajes y agradecemos su paciencia", señaló la aerolínea. El vuelo finalmente despegó y llegó a Phoenix con un retraso de una hora y 37 minutos.
Este incidente se suma a una serie de eventos perturbadores en vuelos recientes, lo que ha avivado el debate sobre la seguridad y el manejo de pasajeros con problemas de salud mental en la aviación comercial. Mientras algunos pasajeros abogan por medidas más estrictas, otros piden mayor empatía y recursos para abordar este tipo de situaciones sin criminalizar a las personas en crisis.
