En un giro tan surrealista como perturbador, un hombre de 62 años, Michael Royce Sparks, ha sido acusado de asesinar a sus vecinos en el resort nudista Olive Dell Ranch tras una disputa aparentemente absurda: un perrito caliente.
Según testimonio del detective Thomas Williams, Sparks confesó a un compañero de prisión que el conflicto comenzó cuando Daniel Menard, de 79 años, le ofreció un hot dog. Sparks interpretó el gesto como una humillación, sintiendo que le estaban diciendo que no valía más que un dólar. Este desprecio percibido desencadenó una reacción brutal.
La violencia no se detuvo ahí. Sparks presuntamente golpeó a Daniel con un rastrillo, una azada y un martillo hasta matarlo. Luego, atacó a su esposa, Stephanie Menard, de 73 años, y a su perro, un Shih Tzu llamado Cuddles, a quien ahogó en un fregadero. Tras el crimen, desmembró los cuerpos y los ocultó en un búnker de concreto debajo de su casa.
Actualmente, enfrenta cargos por doble homicidio con circunstancias especiales y crueldad animal. A pesar de las evidencias, se declaró no culpable. El caso ha dejado a la comunidad en shock y ha reavivado el debate sobre la seguridad en comunidades cerradas y la salud mental de sus residentes.